La lámina PDLC funciona gracias a la aplicación de un campo eléctrico. Cuando no hay electricidad, los cristales líquidos dentro de la lámina están desordenados, lo que hace que la luz no pase a través de la lámina y la hace opaca. Sin embargo, cuando se aplica electricidad, los cristales líquidos se alinean y permiten que la luz pase a través de la lámina, haciéndola transparente.

La cantidad de electricidad necesaria para cambiar la transparencia de la lámina depende de la configuración de la lámina y del voltaje de entrada. Una lámina típica funciona con una fuente de alimentación de 12 voltios, lo que significa que puede ser alimentada por una batería o un enchufe de pared.